¿Qué es el TANV?

El Trastorno de Aprendizaje no verbal (TANV), es un conjunto de dificultades perceptuales visoespaciales, táctiles y psicomotrices con una habilidad verbal, en principio, preservada.
Se define como una categoría clínica neuropsicológica caracterizada por una serie de déficits en el razonamiento espacial, en la actividad visocontructiva, en el control motor fino y táctil, acompañado frecuentemente con impedimentos en el funcionamiento socioemocional, evidenciando como principal característica, la discrepancia entre la inteligencia verbal y viso-perceptual en las Escalas de Inteligencia de Wechsler (WISC, WISC-R; Rourke, 1987; Casey, 2012; Cornoldi, Di Caprio, De Francesco & Toffalini, 2019).
El perfil neuropsicológico de las personas con TANV descrito por Rourke, Del Dotto, Rourke, & Casey (1990), enmarca los déficits y habilidades neuropsicológicas distinguiendo los diferentes niveles de afectación de cada proceso.
- Atención y memoria. Los niños con TANV presentan dificultades atencionales entre un 40 y un 70 %. La atención se vería alterada en su modalidad visual como consecuencia de las dificultades visoespaciales. Respecto a la memoria, las dificultades se centran también en la modalidad visual, ya que presentan un déficit en el recuerdo relacionado con la ubicación y la integración visual de los elementos.
- La capacidad lingüística que se refiere a la “forma” del lenguaje (fonología, morfología, léxico-sintaxis) se encuentra preservada. Pero, en cuanto al contenido del lenguaje, se encuentran dificultades para la selección semántica correcta, debido a la falta de uso de señales contextuales. Por último, la dimensión del “uso” del lenguaje (pragmática) también se encuentra alterada. El discurso de los niños con TANV es desorganizado, sencillo, repetitivo y sobre aprendido, usando el mínimo de expresión facial para comunicarse. Esto sucede tanto en la expresión como en la comprensión verbal.
Respecto a la lectura, presentan dificultades en su adquisición al inicio, pero cuando la adquieren, leen adecuadamente y de forma rápida. Sin embargo, sí presentan déficit en la comprensión lectora.
- Cálculo. Presentan alta capacidad para memorizar hechos matemáticos o teoremas, pero tienen dificultades para aplicar estos mismos hechos en la resolución de problemas (Volden, 2013). Las dificultades en cálculo y más recientemente en geometría se asocian a la Memoria de trabajo-visoespacial (MTVS) la cual es definida como un componente de la memoria de trabajo, responsable del mantenimiento y procesamiento de información visual (color, forma, textura) y espacial (posición de un objeto en el espacio), tanto a nivel secuencial como simultáneo (Mammarella, Lucangeli, & Cornoldi, 2010; Mammarella et al., 2013); los niños con TANV presentan significativamente un rendimiento menor en tareas de MTVS y aritméticas asociadas con procesos visoespaciales.
- Habilidades perceptuales y motrices. Presentan dificultades en la subpruebas del WISC como conceptos por imágenes, razonamiento por matrices, diseño en cubos y búsqueda de simbolos. En la prueba Figura compleja de Rey, las alteraciones se relacionan con la organización de elementos en el espacio. Todo ello apunta a una alteración en la percepción de análisis global, asociado con el hemisferio derecho. En cuando a las funciones motrices, presentan una importante deficiencia en la fuerza de agarre, velocidad de golpeteo y coordinación psicomotora en condiciones de velocidad, especialmente en la mano izquierda.
- Función ejecutiva. Actualmente se reporta una dificultad en la generación de estrategias en problemas bajo circunstancias novedosas y una baja capacidad de beneficiarse de la retroalimentación para la resolución de los mismos, cómo altas perseveraciones y falta de mantenimiento del conjunto en tareas de categorización. La ausencia de flexibilidad cognitiva se considera una característica del funcionamiento ejecutivo en el TANV.
- Alteraciones emocionales y sociales. Una de las principales limitaciones del trastorno se relaciona con las habilidades de interpretación social y emocional (Strange & Rourke 1983; Rourke 1987, Petti, 2003; Backenson et al., 2013). Los niños con TANV producen significativamente una tasa menor de precisión en la identificación de gestos y expresiones faciales de adultos, además de una tendencia mayor a déficits en habilidades sociales, con una dificultad particular en la integración de información facial de diferentes fuentes y en inferir cuando se presenta información inconsistente de estímulos emocionales que cambian rápidamente; lo que coloca a los niños con TANV con una desventaja adicional en la actividad escolar (Petti, Voelker, Shore, & Hayman-Abello, 2003).
Para su diagnóstico la prueba más utilizada es la Escala Wechsler que emplea la diferencia entre los índices verbal y perceptual, como medida de asignación diagnóstica del TANV.
Respecto al diagnóstico diferencial, éste se ve complejizado por el conjunto de disfunciones cognitivas, emocionales y sociales que presentan los niños con TANV que comparte principalmente con el Síndrome Asperger y TDAH, los cuáles son los más reportados en su diagnóstico diferencial (Klin, Sparrow, Cicchetti, & Rourke, 1995; Semrud-Clikeman, 2010a; Semrud-Clikeman, et al. 2010b; Hain et al., 2009; Margolis et al., 2019; Mammarella et al., 2019).
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